martes, 23 de octubre de 2018

El mural misterioso


El mural misterioso.


Llevaba años admirando ese mural que iba cambiando año tras año. Digamos que era un poco gótico y a veces bastante terrorífico.
Siempre me preguntaba quien hacía esos dibujos, pero nunca llevaban firmas ni iniciales. Se cambiaban cada Halloween eso estaba segura y este año quería averiguar quién o quienes lo hacían. Era un poco raro, una pared donde nadie más dibujaba.
Esa tarde-noche subí a casa y me preparé una mochila, con agua, un bocadillo, fruta y diversas chuches para los niños. Después de una mañana loca buscando un sitio cerca del muro pude aparcarlo justo enfrente. Cogí la mochila y baje toda nerviosa, iba disfrazada de bruja buena. Nunca me gusto ir de mala.
Estaba anocheciendo y el muro seguía con el dibujo de este año, que eran una chica vestida de diablesa que pedía ayuda con cara de terror y estiraba su mano para que la cogieras, mientras un chico vestido de negro, pantalón, sudadera y con un gorro la agarraba con fuerza y con mirada desafiante..…pareciendo decir, ni te atrevas a impedírmelo. La expresión de sus caras son tan reales…., están dibujados estilo comic muy detallistas y sus expresiones muy auténticas. Además ese dibujo tuvo polémica porque esa misma noche desapareció una chica que iba así disfrazada en el barrio y se pensó que se hizo por su recuerdo.
Al principio eran dibujos más pequeños y sencillos. Unos globos volando, un remolino de hojas otoñales, un gato acicalándose, un perro y un gato persiguiéndose….luego ya pasó a un hombre borracho de espaldas casi perdiendo el equilibrio y una botella de vino en su mano. Daba la impresión que se iba a caer de verdad y más de una persona daba un brinco hasta que se daba cuenta que era un dibujo y se echaba a reír.
Después de un rato ver pasar gente me decidí en meterme en el coche, ya había repartido todos los caramelos, el frío ya me estaba haciendo temblar. Estaba cansada de pasear acera arriba y acera abajo. Nadie se acercó al mural con intención de pintarlo ni nada. Así que me metí en el coche, me eché una manta encima y me quedé esperando. Ya no pasaba nadie desde hacía rato, sólo se oía maullar algún gato y pasar algún coche rápidamente.
 Mis ojos empezaban a cerrarse involuntariamente del sueño que me estaba dando.
-          Las doce menos cinco. Aguanto un par de horas y me largo, me dije.
De repente se oyeron unas voces detrás de mí. Eran de un tío con gabardina beige calvete y parecía bastante bebido que no paraba de dar voces y dar golpes a todo lo que se encontraba.
-          Como toque mi coche salgo y le arreo, pensé.
Se iba acercando cada vez más…. Salieron unas chicas de un portal cerca y este señor por llamarlo de alguna manera, empezó a increparlas e insultarlas. Ya no pude más y salí impulsivamente del coche. Había cogido la escoba de bruja. Su palo era de madera maciza y podría ser una buena arma defensiva.
-          Déjelas en paz o llamaré a la policía!!! Le grite mientras me acercaba.
El hombre había agarrado a una de las chicas de sus muñecas y su amiga no paraba de darle patadas y puñetazos para que la soltara, pero el hombre ni se inmutaba.
Cuando me vio me grito
-          ¡¡¡Métete en tus asuntos bruja estúpida!!!!
Pero mi reacción fue empezar a golpearle con la escoba. Soltó a la chica y con sus brazos se protegía la cabeza para que no le llegaran los golpes allí. Le arrinconé en el muro y en unas de las pausas agarró la escoba para quitármela y de una patada le lancé hacia la pared. Parecía que el muro se le empezaba a tragar…..Las chicas no paraban de gritar y salieron corriendo. Una mano de mujer salió del muro y me agarró. Yo me eché hacia atrás con fuerza. Y de allí salió una chica vestida de diablesa con cara de pánico. Tiré de ella como pude, pero detrás salía un chico de negro agarrándola. Con tanto forcejeo ya no tenía casi fuerzas. Así que grite a la chica:
-          ¡Lánzalo al muro! ¡Lánzalo al muro!  .
Mi escoba había desaparecido, así que me quité los zapatos para defenderme. Entre las dos pudimos hacer que el chico tocara la pared y esta se lo tragó de la misma manera que al otro señor de la gabardina…
La chica y yo nos miramos sin saber que decir. Ahora en el muro estaba el hombre de la gabardina y el chico de negro los dos con caras de furia y terror a la vez. Lancé un zapato que también  se tragó el muro y al poco lance el otro que ya rebotó y cayó al suelo. Miré a la chica y la dije:
-          Llevas un año metida en ese muro…
En ese momento se acercó un coche de la policía advertidos por las dos chicas que salieron corriendo. Pensaba que me habían dejado tirada después de todo.. ¿Cómo podía contar lo que había pasado? Me tomarían por loca…
La policía preguntó si estábamos bien y dónde estaba el hombre de la gabardina, pero sólo nos miramos la chica diablesa y yo sin saber que decir. Al final, nos quedamos mirando al muro y lo señalamos.
A partir de ahora voy a mirar los dibujos y graffitis de las paredes de otra forma…
A la mañana siguiente allí estaban en el muro el hombre de la gabardina agarrando mi escoba de bruja con los brazos estirados por encima de la cabeza. El chico de negro como si cayera al vacío y mi zapato volando..
En el telediario salió la noticia de la chica desaparecida hace un año que apareció sin saber dónde había estado.
Tenía que planear algo para el año siguiente, porque si alguien tocaba el muro, esos dos podrían salir.
¡Hasta el próximo Halloween!